viernes, 24 de octubre de 2008

Vademécum de Citas de S. S. Benedicto XVI sobre Matrimonio y Familia
por Ursula C. Basset[1]

Tabla de contenidos
Vademécum de Citas de S. S. Benedicto XVI. 1
sobre Matrimonio y Familia. 1
por Ursula C. Basset 1
Presentación. 1
1. Familia se encuentra en la tradición latinoamericana. 6
2. Verdad sobre la familia. 6
a. Matrimonio y familia en general 6
b. Respecto de separaciones y divorcio (“estabilidad de la familia”, “unidad y firmeza”) 7
c. Familia, “estructura esencial” o “natural” de la sociedad, heterosexualidad, naturaleza, estabilidad 7
d. Familia, patrimonio de la humanidad. 8
3. Dimensión pública del amor entre varón y mujer 8
4. Familia, institución intermedia entre el individuo y la sociedad. 9
5. Familia y uniones de hecho. Nuevos modelos de familia. 9
6. “Familia natural”. 11
a. Familia fundada en el matrimonio, bien humano fundamental 12
b. Familia fundada en el matrimonio, valor fundamental 12
c. Familia, cuyo origen es el matrimonio. 12
d. Familia y matrimonio insustituibles, no admiten otra alternativa. 13
7. Funciones de la familia. 13
a. Familia y humanización. 13
b. Familia y tradiciones. 14
c. Familia y desarrollo económico y social 14
d. Familia como educadora de justicia y paz. 15
8. Patologías de la familia. 16
a. Vida familiar “sana” (puede haber una vida familiar “no sana”) 16
b. Familia y violencia familiar 16
c. Familia, matrimonio, divorcio e hijos. 16
9. La juridicidad intrínseca del matrimonio. Positivismo y uniones de hecho. 17
10. Derechos de las familias. 19
a. Protección de la familia. 20
b. Familia, sujeto de derecho a libertad religiosa. 21
c. Familia y medios de comunicación social 22
11. Derecho de todo ser humano a nacer y ser educado en una familia. 22
12. Amenazas contra la familia. 23
a. Secularismo, laicismo y relativismo ético. 23
b. Escasa consideración social del valor del matrimonio. 24
c. Constructivismo. 25
e. Divorcio y estabilidad de la familia. 25
f. Machismo. 26
g. Trabajo y familia. 26
13. Propuestas para fortalecer el matrimonio y la familia. 26
a. Necesidad de promover un anuncio positivo de la Iglesia. 27
b. Necesidad de promover valores fundamentales, la técnica no alcanza. 27
c. La madre. 27
d. El padre. 28
e. Los abuelos. 28
f. Trabajo y familia. 28
g. Medios de comunicación y familia. 28
h. Niños pornografía, violencia y medios de comunicación. 28
i. No basta tener el reconocimiento en la legislación. 29

Presentación
La colección de citas que presentamos a continuación tiene como fuente la consulta de la totalidad de textos que mencionan la palabra familia en castellano en los documentos cuyo autor es Su Santidad, Benedicto XVI, hasta el 12 de julio de 2008.
Se consultaron 453 documentos, según su texto publicado en la página virtual del Vaticano (www.vatican.va[2]). De esos 453 documentos sólo se destacaron las citas que tuvieran –a nuestro criterio- relevancia en el ámbito epistemológico de la política, el derecho y los saberes sociales. Vale decir, Benedicto XVI utiliza el término familia análogamente[3]: se denomina familia así a la “familia humana”, a las distintas “familias religiosas”, y a los integrantes de la Iglesia o sectores de ella. Los discursos referidos a estos usos de familia no han sido tenidos en cuenta. Tampoco aquellos escasos discursos en los que la palabra familia, aparece exclusivamente en el contexto de una bendición a la familia de un embajador o un presidente o monarca.
Es importante destacar algunas consideraciones generales. En primer lugar, la asiduidad con que Su Santidad se ha referido a la familia. Aún, restados los discursos mencionados con anterioridad, y seleccionadas las citas que consideramos relevantes para este trabajo, el número de documentos que Su Santidad ha dedicado a la familia es abrumador[4]. Para dar una idea, la palabra “laicidad” en castellano, utilizando el mismo motor de búsqueda aparece en tan sólo 18 documentos; el giro “ley natural”, también en 18; y la palabra “laicismo” en otros 18 documentos.
En segundo lugar, conviene decir que pese a que hayamos destacado las expresiones de relevancia jurídica y política, el lenguaje de Su Santidad tiene un signo pastoral. Así, es necesario hacer una distinción de lenguajes. El lenguaje pastoral imprime una peculiaridad a los giros, que impide el trasvasamiento lineal a la reflexión jurídica o política. Estas dos ciencias se subalternan y contraen el objeto más general de la moral, y en su lenguaje prescinden del ropaje apostólico que inviste el discurso pontificio. Legítimamente, podrían aventurar mayores precisiones en la concreción de los enunciados generales[5]. Aún así, las citas no carecen de utilidad, ya que la sofisticación y fineza con las que el Papa aborda las distintas cuestiones, con más la inteligencia en advertir los núcleos problemáticos en el marco de un corazón en el que cabe la cura de todo el orbe, es fuente prístina para elucidar esquemas de argumentación y principios que puedan efectivamente desarrollarse en el ámbito de las ciencias. Por lo demás, la mirada cuidadosa del Santo Padre permite envolver en caridad a la verdad[6].
En cuanto a los contenidos de las intervenciones: El Papa sólo predica el vocablo familia de la familia fundada en el matrimonio. Nunca lo hace en referencia a otras uniones. El matrimonio y la familia están unidos, porque el matrimonio es el “origen” y “fundamento” de la familia. Otras “uniones” no tienen el mismo rango, y reconocerles legitimidad menoscaba la esencia y definición del matrimonio. Reclama la necesidad de proclamar la “verdad sobre la familia”, como “estructura”, “institución”, “bien humano” y “valor” fundamentales de la sociedad. La introducción de la palabra “estructura”[7] despierta interés, por las notas conceptuales que implica[8] y por su novedad en referencia a la articulación externa y política de la familia. La familia es insustituible para la sociedad. La familia, antes que integrar una legislación positiva, y aún antes de ser recibida en legislaciones positivas, se funda en el matrimonio como un emergente de la naturaleza del hombre. Por estas razones, la familia fundada en el matrimonio integra una dimensión constitutiva de la dignidad humana y de los derechos humanos. El desmedro de la familia, toda vez que ella es el cimiento de la vida social, conmueve las fundaciones de la paz.
La familia tiene funciones esenciales en la humanización de cada hombre y de la sociedad toda. En ella se inculca la educación moral y en la justicia. La familia es un enlace intergeneracional que permite el intercambio de las tradiciones. La familia favorece el desarrollo económico. Por ello, el desmedro de la familia es el origen de la violencia familiar, y conmueve los quicios de la vida social. La familia es educadora de la paz. Es por eso que Benedicto XVI se interesa particularmente en la dimensión pública del amor de los cónyuges, favoreciendo la protección jurídica de la familia fundada en el matrimonio. Con frecuencia se refiere a la tutela de la “estabilidad” de la familia, objetivo que no se obtiene favoreciendo las uniones fácticas. La familia es “patrimonio de la humanidad”.
La familia puede tener diversas patologías. Puede no ser sana. Específicamente en relación a dos países latinoamericanos, Benedicto se refiere a la violencia intrafamiliar. Las familias sanas y estables fundadas en el matrimonio, y la tarea de promoción de los valores de estabilidad de la familia por los medios de comunicación social, son mecanismos idóneos de prevención de la violencia. Por último, el divorcio es una amenaza contra la familia. Afecta sustancialmente a los hijos, pero también a la sociedad toda, resquebrajando sus cimientos. Causa inestabilidades en las familias y causa escasa consideración del matrimonio, incidiendo negativamente tasa de nupcias.
La familia, fundada en el matrimonio, es intrínsecamente jurídica. Tiene subjetividad social y derechos a ser protegida por el Estado. Los medios de comunicación social deben favorecerla.
Entre las amenazas contra la familia contemporánea, el Papa menciona el secularismo, el laicismo y el relativismo, la escasa consideración social del matrimonio (en razón de la legitimación de uniones fácticas, las uniones entre personas homosexuales y el divorcio que atenta contra la estabilidad familiar), el constructivismo, el machismo (en relación a dos países latinoamericanos), y por falta de favor social al matrimonio (condiciones fiscales y de beneficio laboral, sustancialmente).
Su Santidad sostiene que el mensaje sobre la familia debe ser esencialmente positivo. La “caridad intelectual” debe llevar a proponer al mundo contemporáneo la belleza de la familia. Se refiere así, a la necesidad de promover la familia, ya que la técnica es insuficiente para obtener el desarrollo de las comunidades. Las madres deben encontrar medios para poder ejercer la maternidad en un mundo laboral complejo, en el que tienen creciente presencia. Los padres, deben poder participar en la vida familiar, sin verse absorbidos por el trabajo. La presencia de los abuelos en la familia garantiza la continuidad de las tradiciones, particularmente la subsistencia intergeneracional de la familia fundada en el matrimonio. Los nietos podrían carecer de modelos directos de familia. En cuanto al trabajo y la familia, es conveniente que las leyes laborales tiendan a favorecer a la familia. Por último, los medios de comunicación social deberían proponer modelos favorables, evitando la exposición de los niños a la pornografía y la violencia.
A continuación presentamos una tabla de contenidos. Al final del trabajo, puede hallarse un índice analítico de voces.



1. Familia se encuentra en la tradición latinoamericana
“La tradición de vuestras culturas encuentra en la familia, célula fundamental de la sociedad, el núcleo básico de la existencia y de la transmisión de la fe y los valores, pero que hoy se enfrenta a serios retos pastorales y humanos.” Discurso en la visita ad limina de los obispos de Guatemala, 6 de marzo de 2008
2. Verdad sobre la familia
“Como Pastor de la Iglesia Universal, no puedo dejar de expresar a Vuestra Excelencia mi preocupación por las leyes que conciernen a cuestiones muy delicadas como la transmisión y defensa de la vida, la enfermedad, la identidad de la familia y el respeto del matrimonio. Sobre estos temas, y a la luz de la razón natural y de los principios morales y espirituales que provienen del Evangelio, la Iglesia católica seguirá proclamando sin cesar la inalienable grandeza de la dignidad humana. Es necesario apelar también a la responsabilidad de los laicos presentes en los órganos legislativos, en el Gobierno y en la administración de la justicia, para que las leyes expresen siempre los principios y los valores que sean conformes con el derecho natural y que promuevan el auténtico bien común. Discurso al Embajador de Colombia ante la Santa Sede, J. Gómez M, 9 de febrero de 2007
a. Matrimonio y familia en general
“Deseo recomendar igualmente a la reflexión del CELAM el cuidado de la pastoral de la familia, asediada en nuestros tiempos por graves desafíos, representados por las diversas ideologías y costumbres que minan los fundamentos mismos del matrimonio y de la familia cristiana.” Carta al Presidente del CELAM, 14 de mayo de 2005
“La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Proclamar la verdad integral de la familia, fundada en el matrimonio como Iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de todos.” Discurso del Santo Padre en el V. Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 de julio de 2006
“Uno de los desafíos que debéis afrontar es la urgencia de proclamar la verdad integral sobre el matrimonio y la familia. En efecto, es fundamental mostrar que la institución del matrimonio contribuye al verdadero desarrollo de las personas y de la sociedad, y permite garantizar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad del hombre y de la mujer, así como el crecimiento humano y espiritual de los niños. "Creados el uno y el otro a imagen de Dios, el hombre y la mujer, aunque diferentes, son esencialmente iguales desde el punto de vista de su humanidad" (Ecclesia in Africa, 82).” Discurso a los miembros de la Conferencia Episcopal de Chad en visita "ad limina", 23 de septiembre de 2006
“Es necesario reafirmar que el matrimonio y la familia tienen su fundamento en el núcleo más íntimo de la verdad sobre el hombre y sobre su destino; una comunidad digna del ser humano sólo se puede edificar sobre la roca del amor conyugal, fiel y estable, entre un hombre y una mujer.” Discurso durante la audiencia a los Nuncios Pontificios de América Latina, 17 de febrero de 2007
b. Respecto de separaciones y divorcio (“estabilidad de la familia”, “unidad y firmeza”)
“En el mundo actual, en el que se están difundiendo algunas concepciones equívocas sobre el hombre, sobre la libertad y sobre el amor humano, no debemos cansarnos nunca de volver a presentar la verdad sobre la familia, tal como ha sido querida por Dios desde la creación. Por desgracia, está aumentando el número de separaciones y divorcios, que rompen la unidad familiar y crean muchos problemas a los hijos, víctimas inocentes de estas situaciones. En especial la estabilidad de la familia está hoy en peligro. Para salvaguardarla con frecuencia es necesario ir contracorriente con respecto a la cultura dominante, y esto exige paciencia, esfuerzo, sacrificio y búsqueda incesante de comprensión mutua. Pero también hoy los cónyuges pueden superar las dificultades y mantenerse fieles a su vocación, recurriendo a la ayuda de Dios con la oración y participando asiduamente en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía. La unidad y la firmeza de las familias ayudan a la sociedad a respirar los auténticos valores humanos y a abrirse al Evangelio.” Discurso al Pont. Consejo para la Familia, 13 de mayo de 2006
“La crónica diaria muestra que la sociedad de nuestro tiempo afronta múltiples emergencias éticas y sociales que pueden minar su estabilidad y poner seriamente en peligro su futuro. Es especialmente actual la cuestión antropológica, que abarca el respeto de la vida humana y la atención que se debe prestar a las exigencias de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Como se ha reafirmado en repetidas ocasiones, no se trata de valores y principios sólo "católicos", sino de valores humanos comunes que es preciso defender y tutelar, como la justicia, la paz y la salvaguardia de la creación.” Mensaje en la 45 Semana Social de Católicos Italianos, 12 de junio de 2007
“Al mismo tiempo, las Comunidades eclesiales, en colaboración con las instancias públicas, velarán por salvaguardar la estabilidad de la familia y favorecer su progreso espiritual y material, lo cual redundará en una mejor formación de los hijos.” Discurso en el Encuentro con el Personal de la ONU, Nueva York, 18 de abril de 2008
c. Familia, “estructura esencial” o “natural” de la sociedad, heterosexualidad, naturaleza, estabilidad
“Con ello se relaciona, por su propia naturaleza, la cuestión de la familia, estructura esencial de la sociedad, y de la unión en matrimonio de un hombre y una mujer, según el designio impreso por el Creador en la naturaleza humana.” Discurso al Embajador del Uruguay ante la Santa Sede, Dr. Juan Bosco Cayota Zappettini, 30 de junio de 2006
“Por lo que atañe a la Iglesia católica, lo que pretende principalmente con sus intervenciones en el ámbito público es la defensa y promoción de la dignidad de la persona; por eso, presta conscientemente una atención particular a principios que no son negociables. Entre estos, hoy pueden destacarse los siguientes: — reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa contra los intentos de equipararla jurídicamente a formas radicalmente diferentes de unión que, en realidad, la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su irreemplazable papel social; — protección del derecho de los padres a educar a sus hijos”. Discurso a los participantes de unas Jornadas de estudio sobre Europa, organizadas por el Partido Popular Europeo, 30 de marzo de 2006
“Se extienden también amenazas contra la estructura natural de la familia, fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, así como los intentos de relativizarla dándole el mismo estatuto que a otras formas de unión radicalmente diferentes. Todo esto ofende la familia y contribuye a desestabilizarla, violando su carácter específico y su papel social único.” Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 de enero de 2007
“Entre las preocupaciones que presentáis en vuestras relaciones quinquenales se encuentra la situación de la estructura familiar, inestable a causa de la crisis que atraviesa el país, pero también a causa de la evolución de las costumbres y de la pérdida progresiva del sentido del matrimonio y de la familia, poniendo en el mismo plano otras formas de unión. La sociedad y la Iglesia se desarrollan, en gran parte, gracias a la familia.” Discurso en la visita ad-limina de los obispos de Haití, 13 de marzo de 2008
d. Familia, patrimonio de la humanidad
“La familia, "patrimonio de la humanidad", constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente. Sin embargo, en la actualidad sufre situaciones adversas provocadas por el secularismo y el relativismo ético, por los diversos flujos migratorios internos y externos, por la pobreza, por la inestabilidad social y por legislaciones civiles contrarias al matrimonio que, al favorecer los anticonceptivos y el aborto, amenazan el futuro de los pueblos.” Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007

3. Dimensión pública del amor entre varón y mujer
“Este planteamiento también nos permite superar una concepción del amor como algo meramente privado, hoy muy generalizada. El auténtico amor se transforma en una luz que guía toda la vida hacia su plenitud, generando una sociedad donde el hombre pueda vivir. La comunión de vida y de amor, que es el matrimonio, se convierte así en un auténtico bien para la sociedad. Evitar la confusión con otros tipos de uniones basadas en un amor débil constituye hoy algo especialmente urgente.” Discurso en un Congreso organizado por el Inst. “Juan Pablo II” para estudios sobre matrimonio y familia, 11 de mayo de 2006
“Algunos jóvenes católicos consideran el vínculo sacramental del matrimonio poco distinto de una unión civil, o lo entienden incluso como un simple acuerdo para vivir con otra persona de modo informal y sin estabilidad. Como consecuencia se percibe una alarmante disminución de bodas católicas en Estados Unidos, junto con un aumento de convivencias en las que está simplemente ausente la recíproca autodonación de los novios a la manera de Cristo, mediante el sello de una promesa pública de vivir las exigencias de un compromiso indisoluble para toda la existencia. En esas circunstancias se les niega a los hijos el ambiente seguro que necesitan para crecer como seres humanos, e incluso se niegan a la sociedad aquellos pilares estables que son necesarios si se quiere mantener la cohesión y el centro moral de la comunidad.” Discurso a los obispos de los Estados Unidos. Celebración de las Vísperas, Santuario de la Inmaculada Concepción, Washington, 16 de abril de 2008
4. Familia, institución intermedia entre el individuo y la sociedad.
“La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente. Ella misma se apoya sobre todo en una profunda relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el afecto y comprensión mutua. Para ello recibe la abundante ayuda de Dios en el sacramento del matrimonio, que comporta verdadera vocación a la santidad. Ojalá que los hijos contemplen más los momentos de armonía y afecto de los padres, que no los de discordia o distanciamiento, pues el amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una gran seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero.” Discurso del Santo Padre en el V. Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 de julio de 2006

5. Familia y uniones de hecho. Nuevos modelos de familia
“Ante el creciente laicismo, que pretende reducir la vida religiosa de los ciudadanos a la esfera privada, sin ninguna manifestación social y pública, la Iglesia sabe muy bien que el mensaje cristiano refuerza e ilumina los principios básicos de toda convivencia, como el don sagrado de la vida, la dignidad de la persona junto con la igualdad e inviolabilidad de sus derechos, el valor irrenunciable del matrimonio y de la familia que no se puede equiparar ni confundir con otras formas de uniones humanas.” Discurso al Cel México ante la Santa Sede, L. F. Bravo M., 23 de septiembre de 2005
“Por otra parte, es un grave error oscurecer el valor y las funciones de la familia legítima fundada en el matrimonio, atribuyendo a otras formas de unión reconocimientos jurídicos impropios, de los cuales no existe, en realidad, ninguna exigencia social efectiva.” Discurso a los administradores de la región de Lacio y de la Provincia de Roma, jueves 12 de enero de 2006
“Este planteamiento también nos permite superar una concepción del amor como algo meramente privado, hoy muy generalizada. El auténtico amor se transforma en una luz que guía toda la vida hacia su plenitud, generando una sociedad donde el hombre pueda vivir. La comunión de vida y de amor, que es el matrimonio, se convierte así en un auténtico bien para la sociedad. Evitar la confusión con otros tipos de uniones basadas en un amor débil constituye hoy algo especialmente urgente.” Discurso en un Congreso organizado por el Inst. “Juan Pablo II” para estudios sobre matrimonio y familia, 11 de mayo de 2006
“Pero también es preciso afrontar, con la misma determinación y claridad de propósitos, el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la promoción de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social.” Discurso a la Asamblea Eclesial Naciona Italiana, Feria de Verona, 29 de octubre de 2006
[Profundo análisis sobre el divorcio, que culmina en una referencia a libertad como autonomía, causante del detrimento de la conciencia en la percepción de la moral] “En este contexto se presenta también la moral del matrimonio y de la familia. El matrimonio, por decirlo así, está cada vez más marginado. Conocemos el ejemplo de algunos países, donde se han realizado modificaciones de la ley, según las cuales el matrimonio ahora ya no se define como unión entre un hombre y una mujer, sino como unión entre personas. De este modo, como es obvio, se destruye la idea de fondo, y la sociedad, desde sus raíces, se transforma en algo totalmente diverso. La conciencia de que la sexualidad, el eros y el matrimonio como unión entre hombre y mujer van juntos ―"los dos serán una sola carne" dice el Génesis―, se debilita cada vez más; todo tipo de unión parece totalmente normal. Todo ello se presenta como una especie de moralidad de la no-discriminación y como un modo de libertad que se debe al hombre. Así, como es obvio, la indisolubilidad del matrimonio se convierte en una idea casi utópica, que precisamente también desmienten en la práctica muchas personas de la vida pública. De este modo también la familia se desintegra progresivamente. Desde luego, para el problema de la disminución impresionante del índice de natalidad se dan múltiples explicaciones, pero con toda seguridad también desempeña un papel decisivo el hecho de que se quiere tener la vida para sí mismos, de que se confía poco en el futuro y de que precisamente se considera que ya no es realizable la familia como comunidad duradera, en la que puede crecer la generación futura.” Discurso a los obispos de Suiza, 9 de noviembre de 2006
“Se extienden también amenazas contra la estructura natural de la familia, fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, así como los intentos de relativizarla dándole el mismo estatuto que a otras formas de unión radicalmente diferentes. Todo esto ofende la familia y contribuye a desestabilizarla, violando su carácter específico y su papel social único.” Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 de enero de 2007
“En cambio, parecen peligrosos y contraproducentes los proyectos que pretenden atribuir a otras formas de unión reconocimientos jurídicos impropios, terminando inevitablemente por debilitar y desestabilizar a la familia legítima fundada en el matrimonio.” Discurso a los administradores de la región de Lacio y de la Provincia de Roma, jueves 11 de enero de 2007
“Precisamente la familia merece una atención prioritaria, pues muestra síntomas de debilitamiento bajo las presiones de lobbies capaces de influir negativamente en los procesos legislativos. Los divorcios y las uniones libres están aumentando, mientras que el adulterio se contempla con injustificable tolerancia.” Discurso durante la audiencia a los Nuncios Pontificios de América Latina, 17 de febrero de 2007
“Los así llamados «nuevos modelos de familia» y el relativismo generalizado han debilitado estos valores fundamentales del núcleo familiar” Discurso al Pont. Consejo para la Familia, 5 de abril de 2008. [Señala que los abuelos podrían ser testigos de la tradición]
“La primera realidad que, por desgracia, sufre las consecuencias de la secularización generalizada es la familia, que también en Hungría atraviesa una grave crisis. Sus síntomas son la notable disminución del número de matrimonios y el impresionante aumento de divorcios, muy a menudo también precoces. Se multiplican las así llamadas "parejas de hecho". Habéis criticado, con razón, el reconocimiento público de las uniones homosexuales, porque no sólo es contrario a la enseñanza de la Iglesia, sino también a la misma Constitución húngara. Esta situación, unida a la carencia de subsidios para las familias numerosas, ha llevado a una drástica disminución de los nacimientos, que resulta aún más dramática a causa de la práctica generalizada del aborto. “ Discurso a los obispos de Hungría en su visita ad-limina, 10 de mayo de 2008

6. “Familia natural”
[Respuesta de a un joven que se refirió a que hoy día la familia fundada en el matrimonio aparece como una invención de la Iglesia Católica]“Por tanto, el sacramento del matrimonio no es una invención de la Iglesia; en realidad, fue creado juntamente con el hombre como tal, como fruto del dinamismo del amor, en el que el hombre y la mujer se encuentran mutuamente y así encuentran también al Creador que los llamó al amor.(...) El Señor, que habló de esto mediante la voz de los profetas de Israel, aludiendo a la concesión del divorcio por parte de Moisés, dijo: "Moisés os lo concedió "por la dureza de vuestro corazón". El corazón después del pecado "se endureció", pero este no era el plan del Creador; y los profetas, cada vez con mayor claridad, insistieron en ese plan originario. Para renovar al hombre, el Señor, aludiendo a esas voces proféticas que siempre guiaron a Israel hacia la claridad de la monogamia, reconoció con Ezequiel que, para vivir esta vocación, necesitamos un corazón nuevo; en vez del corazón de piedra -como dice Ezequiel- necesitamos un corazón de carne, un corazón realmente humano. En cierto sentido, siempre ha sabido que las demás formas de relación entre el hombre y la mujer no correspondían realmente al plan original sobre su ser. De este modo, vemos cómo las culturas, sobre todo las grandes culturas, siempre de nuevo se orientan hacia esta realidad, la monogamia, el ser hombre y mujer una carne sola. Así en la fidelidad puede crecer una nueva generación, puede continuarse una tradición cultural, renovándose y realizando, en la continuidad, un auténtico progreso.”Respuestas a los jóvenes de Roma y Lacio, 6 de abril de 2006
“Estos derechos son inalienables precisamente porque el hombre los posee por su propia naturaleza y, por tanto, no están al servicio de otros intereses. Entre ellos cabe mencionar, ante todo, el derecho a la vida en todas las fases de su desarrollo o en cualquier situación en que se encuentre. Basada en los vínculos de amor y fidelidad establecidos en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y que ha de ser protegida y ayudada para cumplir su incomparable misión de ser fuente de convivencia y célula básica de toda sociedad. En ella, como institución natural, reside, además, el derecho primario a educar a los hijos según los ideales con los que los padres desean enriquecerlos tras haberles acogido con gozo en sus vidas.” Discurso al embajador de Chile ante la Santa Sede, P. Cabrera G, 8 de septiembre de 2006
“En primer lugar, cito la defensa del matrimonio y de la familia, que está garantiza por la Ley fundamental, pero que está amenazada, por un lado, por el cambio de interpretación de la comunión matrimonial que se verifica en la opinión pública y, por otro, por nuevas formas previstas por la legislación, que se alejan de las de la familia natural.” Discurso al Embajador de Alemania ante la Santa Sede, H. H. Hortsmann, 28 de septiembre de 2006
“Se extienden también amenazas contra la estructura natural de la familia, fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, así como los intentos de relativizarla dándole el mismo estatuto que a otras formas de unión radicalmente diferentes. Todo esto ofende la familia y contribuye a desestabilizarla, violando su carácter específico y su papel social único.” Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 de enero de 2007
“Por tanto, ninguna ley hecha por los hombres puede subvertir la norma escrita por el Creador, sin que la sociedad quede dramáticamente herida en lo que constituye su mismo fundamento basilar. Olvidarlo significaría debilitar la familia, perjudicar a los hijos y hacer precario el futuro de la sociedad.” Discurso a los participantes de un Congreso organizado sobre ley natural, 12 de febrero de 2007
a. Familia fundada en el matrimonio, bien humano fundamental
“La misma solicitud por el hombre que nos impulsa a estar cerca de los pobres y de los enfermos nos hace estar atentos a ese bien humano fundamental que es la familia fundada en el matrimonio.” Discurso a los administradores de la región de Lacio y de la Provincia de Roma, jueves 11 de enero de 2007
“En efecto, la familia es un bien indispensable para la Iglesia y la sociedad, así como un factor básico para construir la paz (cf. Mensaje Jornada Mundial de la Paz 2008, n. 3).” Discurso a los obispos de El Salvador en su visita ad limina, 28 de febrero de 2008
b. Familia fundada en el matrimonio, valor fundamental
Discurso a un grupo de representantes del movimiento por la vida en Italia, 12 de mayo de 2008
“La Iglesia, acostumbrada a escrutar la voluntad de Dios inscrita en la naturaleza misma de la criatura humana, ve en la familia un valor importantísimo que es preciso defender contra cualquier ataque encaminado a minar su solidez y a poner en tela de juicio su misma existencia.” Discurso durante la visita al Presidente de Italia, C. A. Campi, en el Palacio del Quirinal, 24 de junio de 2005
“Es especialmente actual la cuestión antropológica, que abarca el respeto de la vida humana y la atención que se debe prestar a las exigencias de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Como se ha reafirmado en repetidas ocasiones, no se trata de valores y principios sólo "católicos", sino de valores humanos comunes que es preciso defender y tutelar, como la justicia, la paz y la salvaguardia de la creación.” Mensaje en la 45 Semana Social de Católicos Italianos, 12 de junio de 2007
c. Familia, cuyo origen es el matrimonio
“Para avanzar en ese camino de madurez humana, la Iglesia nos enseña a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, además, el origen de la familia. Por eso, reconocer y ayudar a esta institución es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy día al bien común y al verdadero desarrollo de los hombres y de las sociedades, así como la mejor garantía para asegurar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad de la persona humana.” Homilía en el V. Encuentro de las Familias, Valencia, 9 de julio de 2008
d. Familia y matrimonio insustituibles, no admiten otra alternativa
“Todos los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio. "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole" (can. 1055), es el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios (cf. Mt 19,3-9), el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas.” Carta al Card. A. López Trujillo con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, 17 de mayo de 2005
“Sin embargo, también en Italia, en el actual clima cultural, la familia está expuesta a muchos peligros y amenazas, que todos conocemos. En efecto, a la fragilidad e inestabilidad interna de muchas uniones conyugales se suma la tendencia, generalizada en la sociedad y en la cultura, a rechazar el carácter único y la misión propia de la familia fundada en el matrimonio.” Discurso a la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, 30 de mayo de 2005
“La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente. Ella misma se apoya sobre todo en una profunda relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el afecto y comprensión mutua. Para ello recibe la abundante ayuda de Dios en el sacramento del matrimonio, que comporta verdadera vocación a la santidad.” Discurso del Santo Padre en el V. Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 de julio de 2006
“Sé que los fieles católicos participan activamente en la vida del país, particularmente en el ámbito espiritual y social, y los animo vivamente a testimoniar con valentía el lugar insustituible de la familia en el seno de la sociedad.”, Discurso al embajador de la República de Rumania ante la Santa Sede, M. G. Lazurca, 20 de enero de 2007
“Por eso, además de la palabra de la Iglesia, es muy importante el testimonio y el compromiso público de las familias cristianas, especialmente para reafirmar la intangibilidad de la vida humana desde la concepción hasta su término natural, el valor único e insustituible de la familia fundada en el matrimonio, y la necesidad de medidas legislativas y administrativas que sostengan a las familias en la tarea de engendrar y educar a los hijos, tarea esencial para nuestro futuro común.” Angelus, 4 de febrero de 2007
7. Funciones de la familia
a. Familia y humanización
“La familia está llamada a ser "íntima comunidad de vida y amor" (Gaudium et spes, 48), porque está fundada en el matrimonio indisoluble.” Discurso a la peregrinación de la diócesis de Verona, 4 de junio de 2005
“Además, la familia es una escuela de humanización del hombre, para que crezca hasta hacerse verdaderamente hombre. En este sentido, la experiencia de ser amados por los padres lleva a los hijos a tener conciencia de su dignidad de hijos.” Discurso del Santo Padre en el V. Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 de julio de 2006
“La familia natural, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer[2], es el « lugar primario de ‘‘humanización'' de la persona y de la sociedad »[3], la « cuna de la vida y del amor »[4]. Con razón, pues, se ha calificado a la familia como la primera sociedad natural, « una institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organización social »[5]. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
“La Iglesia, fiel al mandato de su Señor, por una parte, no se cansa de reafirmar que el valor sagrado de la vida de todo hombre tiene sus raíces en el designio del Creador; y, por otra, estimula a promover toda iniciativa en apoyo (...) y a la tutela de la institución de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.” Discurso a un grupo de representantes del movimiento por la vida en Italia, 12 de mayo de 2008
b. Familia y tradiciones
“La familia, fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, expresa esta dimensión relacional, filial y comunitaria, y es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral.” Homilía en el V. Encuentro de las Familias, Valencia, 9 de julio de 2008. Contra individualismo contemporáneo[9].
c. Familia y desarrollo económico y social
“Uno de los desafíos que debéis afrontar es la urgencia de proclamar la verdad integral sobre el matrimonio y la familia. En efecto, es fundamental mostrar que la institución del matrimonio contribuye al verdadero desarrollo de las personas y de la sociedad, y permite garantizar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad del hombre y de la mujer, así como el crecimiento humano y espiritual de los niños. "Creados el uno y el otro a imagen de Dios, el hombre y la mujer, aunque diferentes, son esencialmente iguales desde el punto de vista de su humanidad" (Ecclesia in Africa, 82).” Discurso a los miembros de la Conferencia Episcopal de Chad en visita "ad limina", 23 de septiembre de 2006
“Muchas veces he reafirmado la importancia de la familia fundada en el matrimonio, como elemento básico de la vida y del desarrollo de una sociedad. Trabajar en favor de las familias significa contribuir a renovar el entramado de la sociedad y poner también las bases de un auténtico desarrollo económico.” Discurso a un grupo de empresarios italianos, 26 de mayo de 2007
“Por otra parte, para que la sociedad pueda acceder a un desarrollo humano y espiritual auténtico, hay que impulsar un cambio de mentalidad. Esta obra de amplio alcance concierne especialmente a la familia y al matrimonio. Comprometiéndose resueltamente a vivir en la fidelidad conyugal y en la unidad de su pareja.” Discurso a la Conferencia Episcopal Centroafricana en su visita ad limina, 1 de junio de 2007
d. Familia como educadora de justicia y paz
“Por eso, la familia es la primera e insustituible educadora de la paz. No ha de sorprender, pues, que se considere particularmente intolerable la violencia cometida dentro de la familia.(...) La familia es también fundamento de la sociedad porque permite tener experiencias determinantes de paz. Por consiguiente, la comunidad humana no puede prescindir del servicio que presta la familia. El ser humano en formación, ¿dónde podría aprender a gustar mejor el « sabor » genuino de la paz sino en el « nido » que le prepara la naturaleza? El lenguaje familiar es un lenguaje de paz; a él es necesario recurrir siempre para no perder el uso del vocabulario de la paz. En la inflación de lenguajes, la sociedad no puede perder la referencia a esa « gramática » que todo niño aprende de los gestos y miradas de mamá y papá, antes incluso que de sus palabras.” Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
“Por tanto, quien obstaculiza la institución familiar, aunque sea inconscientemente, hace que la paz de toda la comunidad, nacional e internacional, sea frágil, porque debilita lo que, de hecho, es la principal « agencia » de paz. Éste es un punto que merece una reflexión especial: todo lo que contribuye a debilitar la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, lo que directa o indirectamente dificulta su disponibilidad para la acogida responsable de una nueva vida, lo que se opone a su derecho de ser la primera responsable de la educación de los hijos, es un impedimento objetivo para el camino de la paz. La familia tiene necesidad de una casa, del trabajo y del debido reconocimiento de la actividad doméstica de los padres; de escuela para los hijos, de asistencia sanitaria básica para todos. Cuando la sociedad y la política no se esfuerzan en ayudar a la familia en estos campos, se privan de un recurso esencial para el servicio de la paz. Concretamente, los medios de comunicación social, por las potencialidades educativas de que disponen, tienen una responsabilidad especial en la promoción del respeto por la familia, en ilustrar sus esperanzas y derechos, en resaltar su belleza.” Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
“Los derechos enunciados en la Carta manifiestan y explicitan la ley natural, inscrita en el corazón del ser humano y que la razón le manifiesta. La negación o restricción de los derechos de la familia, al oscurecer la verdad sobre el hombre, amenaza los fundamentos mismos de la paz.” Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
“Por eso, la enseñanza del bien moral, de lo justo o lo injusto, sin lo cual ninguna sociedad podría sostenerse, incumbe a la educación ya desde la más tierna edad. En esta tarea, la familia tiene un papel decisivo, por lo que debe contar con las ayudas necesarias para cumplir su cometido y ser esa “principal ‘agencia’ de paz” en beneficio de todos (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 2008, 5).” Discurso al Embajador de Bolivia ante la Santa Sede, F de la Riva G., 14 de marzo de 2008
8. Patologías de la familia
a. Vida familiar “sana” (puede haber una vida familiar “no sana”)
“Como repitió incansablemente mi venerado predecesor Juan Pablo II, el bien de la persona y de la sociedad está íntimamente vinculado a la "buena salud" de la familia (cf. Gaudium et spes, 47).” Angelus del 30 de diciembre de 2007
“En efecto, en una vida familiar « sana » se experimentan algunos elementos esenciales de la paz: la justicia y el amor entre hermanos y hermanas, la función de la autoridad manifestada por los padres, el servicio afectuoso a los miembros más débiles, porque son pequeños, ancianos o están enfermos, la ayuda mutua en las necesidades de la vida, la disponibilidad para acoger al otro y, si fuera necesario, para perdonarlo.” Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
b. Familia y violencia familiar
“Por otra parte, y como Su Excelencia ha puesto de relieve, dicho diálogo debe excluir toda forma de violencia en sus diversas expresiones y ayudar a construir un futuro más humano con la colaboración de todos. A este respecto, es oportuno recordar que las mejoras sociales no se alcanzan aplicando sólo las medidas técnicas necesarias, sino promoviendo también reformas que tengan presente una consideración ética de la persona, de la familia y de la sociedad. Por ello, se han de cultivar los valores morales como la honestidad, la austeridad y la responsabilidad por el bien común. De este modo se podrá evitar el egoísmo personal y colectivo, así como la corrupción en cualquier ámbito, que impiden toda forma de progreso.” Discurso al embajador de Costa Rica ante la Santa Sede, L. P. Cháverri, 10 de febrero de 2007
“Junto con el insoslayable tema de la vida, se percibe una urgente necesidad de rescatar y promover los valores humanos y morales, ante tantas formas de violencia, incluso en los hogares, a menudo fruto de la desintegración de la familia o de la degradación de las costumbres.” Discurso al embajador de Nicaragua ante la Santa Sede, J. Cuadra C. 24 de septiembre de 2007
“Por eso, la familia es la primera e insustituible educadora de la paz. No ha de sorprender, pues, que se considere particularmente intolerable la violencia cometida dentro de la familia.” Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
c. Familia, matrimonio, divorcio e hijos
“Ojalá que los hijos contemplen más los momentos de armonía y afecto de los padres, que no los de discordia o distanciamiento, pues el amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una gran seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero. Discurso del Santo Padre en el V. Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 de julio de 2006
El Santo Padre relata cómo en su vida personal ha podido conocer la paternidad de Dios, a través de la paternidad terrena de su experiencia familiar –en la víspera de su cumpleaños-. “Sí, doy gracias a Dios porque he podido experimentar lo que significa "familia"; he podido experimentar lo que quiere decir paternidad, pues he podido comprender desde dentro que Dios es Padre; sobre la base de la experiencia humana he tenido acceso al grande y benévolo Padre que está en el cielo.” Homilía del Domingo de la Misericordia, 15 de abril de 2007
“Durante estos días de reflexión y de diálogo os habéis compadecido de las víctimas afectadas por las heridas del divorcio y del aborto. Ante todo, habéis constatado los sufrimientos, a veces traumáticos, que padecen los así llamados "hijos del divorcio", marcando su vida hasta el punto de que su camino se hace mucho más difícil. En efecto, es inevitable que, cuando se rompe el pacto conyugal, sufran sobre todo los hijos, que son el signo vivo de su indisolubilidad. Por consiguiente, la atención solidaria y pastoral deberá procurar que los hijos no sean víctimas inocentes de los conflictos entre los padres que se divorcian, y garantizar, en la medida de lo posible, la continuidad del vínculo con sus padres y también de la relación con sus raíces familiares y sociales, que es indispensable para un crecimiento psicológico y humano equilibrado.” Discurso en un Congreso organizado por el Inst. “Juan Pablo II” para estudios sobre matrimonio y familia, 11 de abril de 2008
9. La juridicidad intrínseca del matrimonio. Positivismo y uniones de hecho.
“Sin embargo, la expresión "verdad del matrimonio" pierde relevancia existencial en un contesto cultural marcado por el relativismo y el positivismo jurídico, que consideran el matrimonio como una mera formalización social de los vínculos afectivos. En consecuencia, no sólo llega a ser contingente, como pueden serlo los sentimientos humanos, sino que se presenta como una superestructura legal que la voluntad humana podría manipular a su capricho, privándola incluso de su índole heterosexual. Esta crisis de sentido del matrimonio se percibe también en el modo de pensar de muchos fieles. Los efectos prácticos de lo que llamé "hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura" con respecto a la enseñanza del concilio Vaticano II (cf. Discurso a la Curia romana, 22 de diciembre de 2005: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 30 de diciembre de 2005, p. 11) se notan de modo particularmente intenso en el ámbito del matrimonio y de la familia. En efecto, a algunos les parece que la doctrina conciliar sobre el matrimonio, y concretamente la descripción de esta institución como "intima communitas vitae et amoris" (Gaudium et spes, 48), debe llevar a negar la existencia de un vínculo conyugal indisoluble, porque se trataría de un "ideal" al que no pueden ser "obligados" los "cristianos normales".” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“De hecho, también en ciertos ambientes eclesiales, se ha generalizado la convicción según la cual el bien pastoral de las personas en situación matrimonial irregular exigiría una especie de regularización canónica, independientemente de la validez o nulidad de su matrimonio, es decir, independientemente de la "verdad" sobre su condición personal. El camino de la declaración de nulidad matrimonial se considera, de hecho, como un instrumento jurídico para alcanzar ese objetivo, según una lógica en la que el derecho se convierte en la formalización de las pretensiones subjetivas. Al respecto, hay que subrayar ante todo que el Concilio describe ciertamente el matrimonio como intima communitas vitae et amoris, pero que esa comunidad, siguiendo la tradición de la Iglesia, está determinada por un conjunto de principios de derecho divino que fijan su verdadero sentido antropológico permanente (cf. ib.).” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“Por lo demás, tanto el magisterio de Pablo VI y de Juan Pablo II, como la obra legislativa de los Códigos latino y oriental, se han orientado en fiel continuidad hermenéutica con el Concilio. En efecto, también con respecto a la doctrina y a la disciplina matrimonial, esas instancias realizaron el esfuerzo de "reforma" o "renovación en la continuidad" (cf. Discurso a la Curia romana, cit.). Este esfuerzo se ha realizado apoyándose en el presupuesto indiscutible de que el matrimonio tiene su verdad, a cuyo descubrimiento y profundización concurren armoniosamente razón y fe, o sea, el conocimiento humano, iluminado por la palabra de Dios, sobre la realidad sexualmente diferenciada del hombre y de la mujer, con sus profundas exigencias de complementariedad, de entrega definitiva y de exclusividad.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“La verdad antropológica y salvífica del matrimonio, también en su dimensión jurídica, se presenta ya en la sagrada Escritura. La respuesta de Jesús a los fariseos que le pedían su parecer sobre la licitud del repudio es bien conocida: "¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?". De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre" (Mt 19, 4-6).” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“Las citas del Génesis (Gn 1, 27; 2, 24) proponen de nuevo la verdad matrimonial del "principio", la verdad cuya plenitud se encuentra en relación con la unión de Cristo con la Iglesia (cf. Ef 5, 30-31), y que fue objeto de tan amplias y profundas reflexiones por parte del Papa Juan Pablo II en sus ciclos de catequesis sobre el amor humano en el designio divino. A partir de esta unidad dual de la pareja humana se puede elaborar una auténtica antropología jurídica del matrimonio.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“La indisolubilidad del matrimonio no deriva del compromiso definitivo de los contrayentes, sino que es intrínseca a la naturaleza del "vínculo potente establecido por el Creador" (Juan Pablo II, Catequesis, 21 de noviembre de 1979, n. 2: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 25 de noviembre de 1979, p. 3). Los contrayentes se deben comprometer de modo definitivo precisamente porque el matrimonio es así en el designio de la creación y de la redención. Y la juridicidad esencial del matrimonio reside precisamente en este vínculo, que para el hombre y la mujer constituye una exigencia de justicia y de amor, a la que, por su bien y por el de todos, no se pueden sustraer sin contradecir lo que Dios mismo ha hecho en ellos.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“Para el positivismo, la juridicidad de la relación conyugal sería únicamente el resultado de la aplicación de un norma humana formalmente válida y eficaz. De este modo, la realidad humana de la vida y del amor conyugal sigue siendo extrínseca a la institución "jurídica" del matrimonio. Se crea una ruptura entre derecho y existencia humana que niega radicalmente la posibilidad de una fundación antropológica del derecho.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“Ante la relativización subjetivista y libertaria de la experiencia sexual, la tradición de la Iglesia afirma con claridad la índole naturalmente jurídica del matrimonio, es decir, su pertenencia por naturaleza al ámbito de la justicia en las relaciones interpersonales. Toda la actividad de la Iglesia y de los fieles en el campo familiar debe fundarse en esta verdad sobre el matrimonio y su intrínseca dimensión jurídica. No obstante esto, como he recordado antes, la mentalidad relativista, en formas más o menos abiertas o solapadas, puede insinuarse también en la comunidad eclesial. Vosotros sois bien conscientes de la actualidad de este peligro, que se manifiesta a veces en una interpretación tergiversada de las normas canónicas vigentes.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“Es preciso reaccionar con valentía y confianza contra esta tendencia, aplicando constantemente la hermenéutica de la renovación en la continuidad y sin dejarse seducir por caminos de interpretación que implican una ruptura con la tradición de la Iglesia. Estos caminos se alejan de la verdadera esencia del matrimonio así como de su intrínseca dimensión jurídica y con diversos nombres, más o menos atractivos, tratan de disimular una falsificación de la realidad conyugal. De este modo se llega a sostener que nada sería justo o injusto en las relaciones de una pareja, sino que únicamente responde o no responde a la realización de las aspiraciones subjetivas de cada una de las partes. Desde esta perspectiva, la idea del "matrimonio in facto esse" oscila entre una relación meramente factual y una fachada jurídico-positivista, descuidando su esencia de vínculo intrínseco de justicia entre las personas del hombre y de la mujer.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
“La contribución de los tribunales eclesiásticos a la superación de la crisis de sentido sobre el matrimonio, en la Iglesia y en la sociedad civil, podría parecer a algunos más bien secundaria y de retaguardia. Sin embargo, precisamente porque el matrimonio tiene una dimensión intrínsecamente jurídica, ser sabios y convencidos servidores de la justicia en este delicado e importantísimo campo tiene un valor de testimonio muy significativo y de gran apoyo para todos.” Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 27 de enero de 2007
10. Derechos de las familias.
“Invito, pues, a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armonía aseguran al hombre, a la familia, centro neurálgico de la sociedad, como recuerda la Santa Sede en la Carta de los derechos de la familia. El objeto de las leyes es el bien integral del hombre, la respuesta a sus necesidades y aspiraciones. Esto es una ayuda notable a la sociedad, de la cual no se puede privar y para los pueblos es una salvaguarda y una purificación.” Discurso del Santo Padre en el V. Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 de julio de 2006
“4. La familia, al tener el deber de educar a sus miembros, es titular de unos derechos específicos. La misma Declaración universal de los derechos humanos, que constituye una conquista de civilización jurídica de valor realmente universal, afirma que « la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado »[7]. Por su parte, la Santa Sede ha querido reconocer una especial dignidad jurídica a la familia publicando la Carta de los derechos de la familia. En el Preámbulo se dice: « Los derechos de la persona, aunque expresados como derechos del individuo, tienen una dimensión fundamentalmente social que halla su expresión innata y vital en la familia »[8]. Los derechos enunciados en la Carta manifiestan y explicitan la ley natural, inscrita en el corazón del ser humano y que la razón le manifiesta. La negación o restricción de los derechos de la familia, al oscurecer la verdad sobre el hombre, amenaza los fundamentos mismos de la paz.” Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2008
“5. Con razón os preocupa un creciente deterioro de la institución familiar, con graves repercusiones tanto en el entramado social como en la vida eclesial. A este respecto, es necesario promover el bien de la familia y defender sus derechos ante las instancias pertinentes, así como desarrollar una atención pastoral que la proteja y ayude de manera directa en sus dificultades.” Discurso a los obispos de Costa Rica en la visita ad limina, 8 de febrero de 2008
a. Protección de la familia
“Le agradezco, señor embajador, por expresar la renovada voluntad de su país de ser protagonista en esta nueva fase histórica del continente, contribuyendo a consolidar su capacidad de diálogo, de defensa y de promoción de la familia fundada en el matrimonio, las tradiciones cristianas, la apertura y el encuentro con culturas y religiones diversas.”, Discurso al embajador de Malta ante la Santa Sede, 16 de junio de 2005
“Como usted, señor presidente, puede comprender bien, no pocas preocupaciones acompañan este inicio de mi servicio pastoral en la cátedra de Pedro. Entre ellas quisiera señalar algunas que, por su carácter universalmente humano, no pueden dejar de interesar también a quien tiene la responsabilidad de los asuntos públicos. Aludo al problema de la protección de la familia fundada en el matrimonio, tal como la reconoce también la Constitución italiana (art. 29), al problema de la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural y, por último, al problema de la educación y consiguientemente de la escuela, lugar indispensable para la formación de las nuevas generaciones.” Discurso durante la visita al Presidente de Italia, C. A. Campi, en el Palacio del Quirinal, 24 de junio de 2005
“Por tanto, me complace que vuestro grupo reconozca la herencia cristiana de Europa, que ofrece valiosas directrices éticas en la búsqueda de un modelo social que responda adecuadamente a las exigencias de una economía ya globalizada y a los cambios demográficos, garantizando crecimiento y empleo, protección de la familia, igualdad de oportunidades en la educación de los jóvenes y solicitud por los pobres.” Discurso a los participantes de unas Jornadas de estudio sobre Europa, organizadas por el Partido Popular Europeo, 30 de marzo de 2006
“Por lo que atañe a la Iglesia católica, lo que pretende principalmente con sus intervenciones en el ámbito público es la defensa y promoción de la dignidad de la persona; por eso, presta conscientemente una atención particular a principios que no son negociables. Entre estos, hoy pueden destacarse los siguientes: — reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa contra los intentos de equipararla jurídicamente a formas radicalmente diferentes de unión que, en realidad, la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su irreemplazable papel social; — protección del derecho de los padres a educar a sus hijos”. Discurso a los participantes de unas Jornadas de estudio sobre Europa, organizadas por el Partido Popular Europeo, 30 de marzo de 2006
“Fomentar la familia, ayudarla a cumplir sus cometidos indispensables, es ganar también cohesión social y, sobre todo, respetar sus propios derechos, que no pueden ser disipados ante otras formas de unión que pretendieran usurparlos.” Discurso al Embajador del Uruguay ante la Santa Sede, Dr. Juan Bosco Cayota Zappettini, 30 de junio de 2006
“Dios confía a la mujer y al hombre, según sus peculiaridades propias, una específica vocación y misión en la Iglesia y en el mundo. Pienso aquí en la familia, comunidad de amor abierto a la vida, célula fundamental de la sociedad. En ella la mujer y el hombre, gracias al don de la maternidad y de la paternidad, desempeñan juntos un papel insustituible con respecto a la vida. Desde su concepción, los hijos tienen el derecho de poder contar con el padre y con la madre, que los cuiden y los acompañen en su crecimiento. Por su parte, el Estado debe apoyar con adecuadas políticas sociales todo lo que promueve la estabilidad y la unidad del matrimonio, la dignidad y la responsabilidad de los esposos, su derecho y su tarea insustituible de educadores de los hijos. Además, es necesario que también la mujer tenga la posibilidad de colaborar en la construcción de la sociedad, valorando su típico "genio femenino". Discurso a los participantes de un Congreso organizado para conmemorar el XXmo. aniversario de la Enc. Mulieris dignitatem, 9 de febrero de 2008
“...en los esfuerzos de muchos de sus compatriotas y líderes gubernamentales para asegurar la protección legal del don divino de la vida desde su concepción hasta su muerte natural y salvaguardar la institución del matrimonio, reconocido como unión estable entre un hombre y una mujer, así como de la familia”, Discurso al Embajador de los Estados Unidos ante la Santa Sede, Dra. Mary Ann Glendon, 29 de febrero de 2008
“Así pues, hacéis bien en dedicar gran atención a la familia fundada en el matrimonio, para promover una pastoral adecuada a los desafíos que debe afrontar hoy, para incentivar la consolidación de una cultura favorable, y no hostil, a la familia y a la vida, así como para solicitar a las instituciones públicas una política coherente y orgánica, que reconozca el papel central que desempeña la familia en la sociedad, en particular con respecto a la generación y educación de los hijos: Italia tiene una necesidad grande y urgente de esta política. “ Discurso a la Conferencia Episcopal Italiana, 29 de mayo de 2008
b. Familia, sujeto de derecho a libertad religiosa
“Así pues, la libertad religiosa no sólo es un derecho del individuo, sino también de la familia, de los grupos religiosos y de la Iglesia misma (cf. Dignitatis humanae, 4-5. 13), y el ejercicio de este derecho influye en los múltiples ámbitos y situaciones donde el creyente se encuentra y actúa. Por tanto, un adecuado respeto del derecho a la libertad religiosa implica que el poder civil tiene la obligación de "crear condiciones propicias para fomentar la vida religiosa, para que los ciudadanos puedan realmente ejercer los derechos y cumplir las obligaciones de su religión, y la sociedad misma goce de los bienes de la justicia y de la paz que dimanan de la fidelidad de los hombres a Dios y a su santa voluntad" (ib., 6).” Discurso al Presidente de Italia, 20 de noviembre de 2006
c. Familia y medios de comunicación social
“No faltan quienes desde algunos medios de comunicación social denigran o ridiculizan el alto valor del matrimonio y la familia, favoreciendo así el egoísmo y la desorientación, en vez de la generosidad y el sacrificio necesarios para mantener vigorosa esta auténtica “célula primaria” de la comunidad humana. Fomentar la familia, ayudarla a cumplir sus cometidos indispensables, es ganar también cohesión social”.Discurso al Embajador del Uruguay ante la Santa Sede, Dr. Juan Bosco Cayota Zappettini, 30 de junio de 2006

11. Derecho de todo ser humano a nacer y ser educado en una familia
“Por eso, la Iglesia proclama sin reservas el derecho primordial a la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, el derecho a nacer, a formar y vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas.” (en el párrafo siguiente, aclara que se refiere a la familia fundada en el matrimonio) Discurso al nuevo embajador de España ante la Santa Sede, F. Vázquez Vázquez, 20 de mayo de 2006
“Por eso se ven con preocupación algunas tendencias que tratan de limitar el valor inviolable de la vida humana misma, desde su concepción hasta su ocaso natural, o de disociarla de su ambiente natural, como es el amor humano en el matrimonio y la familia. La Iglesia promueve ciertamente una “cultura de la vida”, generosa y creadora de esperanza, y no sólo por motivos estrictamente confesionales.” Discurso al Embajador del Uruguay ante la Santa Sede, Dr. Juan Bosco Cayota Zappettini, 30 de junio de 2006
“Los hijos, para su crecimiento integral, tienen el derecho de poder contar con el padre y la madre, para que cuiden de ellos y los acompañen hacia la plenitud de su vida.” Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007
“Algunos jóvenes católicos consideran el vínculo sacramental del matrimonio poco distinto de una unión civil, o lo entienden incluso como un simple acuerdo para vivir con otra persona de modo informal y sin estabilidad. Como consecuencia se percibe una alarmante disminución de bodas católicas en Estados Unidos, junto con un aumento de convivencias en las que está simplemente ausente la recíproca autodonación de los novios a la manera de Cristo, mediante el sello de una promesa pública de vivir las exigencias de un compromiso indisoluble para toda la existencia. En esas circunstancias se les niega a los hijos el ambiente seguro que necesitan para crecer como seres humanos, e incluso se niegan a la sociedad aquellos pilares estables que son necesarios si se quiere mantener la cohesión y el centro moral de la comunidad.” Discurso a los obispos de los Estados Unidos. Celebración de las Vísperas, Santuario de la Inmaculada Concepción, Washington, 16 de abril de 2008
“Vuestra iniciativa ante la Comisión para las peticiones del Parlamento europeo, en la que afirmáis los valores fundamentales del derecho a la vida desde la concepción, de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, del derecho de todo ser humano concebido a nacer y a ser educado en una familia constituida por sus padres confirma ulteriormente la solidez de vuestro compromiso y vuestra plena comunión con el Magisterio de la Iglesia, que desde siempre defiende dichos valores y proclama que "no son negociables". Discurso a un grupo de representantes del movimiento por la vida en Italia, 12 de mayo de 2008

12. Amenazas contra la familia
a. Secularismo, laicismo y relativismo ético
“Por tradición, los neozelandeses han reconocido y celebrado el lugar del matrimonio y la vida doméstica estable en el corazón de su sociedad, y ciertamente siguen esperando que las fuerzas sociales y políticas apoyen a las familias y protejan la dignidad de las mujeres, especialmente de las más vulnerables. Consideran que las deformaciones seculares del matrimonio no pueden ensombrecer jamás el esplendor de una alianza sellada para siempre y basada en la entrega generosa y en el amor incondicional. La recta razón les dice que "el futuro de la humanidad se fragua en la familia" (Familiaris consortio, 86), que ofrece a la sociedad un fundamento seguro para sus aspiraciones.”[En el párrafo siguiente profundiza la idea de secularización] Discurso al obispo de Nueva Zelanda ante la Santa Sede, G. Ward, 16 de junio de 2005
“Ante el creciente laicismo, que pretende reducir la vida religiosa de los ciudadanos a la esfera privada, sin ninguna manifestación social y pública, la Iglesia sabe muy bien que el mensaje cristiano refuerza e ilumina los principios básicos de toda convivencia, como el don sagrado de la vida, la dignidad de la persona junto con la igualdad e inviolabilidad de sus derechos, el valor irrenunciable del matrimonio y de la familia que no se puede equiparar ni confundir con otras formas de uniones humanas.” Discurso al Embajador de México ante la Santa Sede, L. F. Bravo M., 23 de septiembre de 2005
[En respuesta a la pregunta de un joven, que refiere que la familia fundada en el matrimonio aparece hoy día como una invención de la Iglesia]. “Se trata de un gran problema y, ciertamente, no es posible responder en pocos minutos, pero trataré de decir algo. Ya Anna dio una respuesta al decir que hoy el amor a menudo es mal interpretado cuando se presenta como una experiencia egoísta, mientras que en realidad consiste en abandonarse y así se transforma en encontrarse. Ella dijo también que una cultura consumista falsifica nuestra vida con un relativismo que parece concedernos todo y en realidad nos vacía.” Respuestas a los jóvenes de Roma y Lacio, 6 de abril de 2006
“La familia, "patrimonio de la humanidad", constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente. Sin embargo, en la actualidad sufre situaciones adversas provocadas por el secularismo y el relativismo ético, por los diversos flujos migratorios internos y externos, por la pobreza, por la inestabilidad social y por legislaciones civiles contrarias al matrimonio que, al favorecer los anticonceptivos y el aborto, amenazan el futuro de los pueblos.” Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007
“La primera realidad que, por desgracia, sufre las consecuencias de la secularización generalizada es la familia, que también en Hungría atraviesa una grave crisis. Sus síntomas son la notable disminución del número de matrimonios y el impresionante aumento de divorcios, muy a menudo también precoces. Se multiplican las así llamadas "parejas de hecho". Habéis criticado, con razón, el reconocimiento público de las uniones homosexuales, porque no sólo es contrario a la enseñanza de la Iglesia, sino también a la misma Constitución húngara. Esta situación, unida a la carencia de subsidios para las familias numerosas, ha llevado a una drástica disminución de los nacimientos, que resulta aún más dramática a causa de la práctica generalizada del aborto. “ Discurso a los obispos de Hungría en su visita ad-limina, 10 de mayo de 2008
b. Escasa consideración social del valor del matrimonio
“En primer lugar, cito la defensa del matrimonio y de la familia, que está garantiza por la Ley fundamental, pero que está amenazada, por un lado, por el cambio de interpretación de la comunión matrimonial que se verifica en la opinión pública y, por otro, por nuevas formas previstas por la legislación, que se alejan de las de la familia natural.” Discurso al Embajador de Alemania ante la Santa Sede, H. H. Hortsmann, 28 de septiembre de 2006
“Además, por lo que respecta a la realidad de las familias, he sabido que también Eslovaquia comienza a resentirse de la crisis del matrimonio y de la natalidad, y esto se debe, en primer lugar, a causas de carácter económico, que inducen a las parejas jóvenes de novios a aplazar su matrimonio. Se registra, asimismo, una escasa consideración social del valor del matrimonio, a la que se une una fragilidad de las nuevas generaciones, a menudo temerosas de asumir decisiones estables y compromisos para toda la vida. Otro factor desestabilizador es, sin duda alguna, el ataque sistemático al matrimonio y a la familia llevado a cabo por cierta cultura y por los medios de comunicación social.” Discurso a la Conferencia Episcopal de Eslovaquia,15 de junio de 2007
“Precisamente la familia merece una atención prioritaria, pues muestra síntomas de debilitamiento bajo las presiones de lobbies capaces de influir negativamente en los procesos legislativos. Los divorcios y las uniones libres están aumentando, mientras que el adulterio se contempla con injustificable tolerancia.” Discurso durante la audiencia a los Nuncios Pontificios de América Latina, 17 de febrero de 2007
“¿Cómo no sentirse desconcertados al observar la rápida decadencia de la familia como elemento básico de la Iglesia y de la sociedad? El divorcio y la infidelidad están aumentando, y muchos jóvenes hombres y mujeres deciden retrasar la boda o incluso evitarla completamente. Algunos jóvenes católicos consideran el vínculo sacramental del matrimonio poco distinto de una unión civil, o lo entienden incluso como un simple acuerdo para vivir con otra persona de modo informal y sin estabilidad. Como consecuencia se percibe una alarmante disminución de bodas católicas en Estados Unidos, junto con un aumento de convivencias en las que está simplemente ausente la recíproca autodonación de los novios a la manera de Cristo, mediante el sello de una promesa pública de vivir las exigencias de un compromiso indisoluble para toda la existencia. En esas circunstancias se les niega a los hijos el ambiente seguro que necesitan para crecer como seres humanos, e incluso se niegan a la sociedad aquellos pilares estables que son necesarios si se quiere mantener la cohesión y el centro moral de la comunidad.” Discurso a los obispos de los Estados Unidos. Celebración de las Vísperas, Santuario de la Inmaculada Concepción, Washington, 16 de abril de 2008
c. Constructivismo
“Por ultimo, me preocupa particularmente el tema del matrimonio y la familia. Hoy se oscurece cada vez más el orden del matrimonio tal como fue establecido en la creación, y del que la Biblia nos habla expresamente al final de la narración de la creación (cf. Gn 2, 24). En la misma medida en que el hombre trata de construirse de un modo nuevo el mundo en su conjunto, poniendo así en peligro de manera cada vez más perceptible sus bases, pierde también la visión del orden de la creación con respecto a su propia existencia. Cree que puede definirse a sí mismo a su antojo en virtud de una libertad vacía. Así, comienzan a vacilar los fundamentos en los que se apoya su existencia y la de la sociedad.” Discurso a los obispos alemanes, 18 de noviembre de 2006
e. Divorcio y estabilidad de la familia
[Profundo análisis sobre el divorcio, que culmina en una referencia a libertad como autonomía, causante del detrimento de la conciencia en la percepción de la moral] “En este contexto se presenta también la moral del matrimonio y de la familia. El matrimonio, por decirlo así, está cada vez más marginado. Conocemos el ejemplo de algunos países, donde se han realizado modificaciones de la ley, según las cuales el matrimonio ahora ya no se define como unión entre un hombre y una mujer, sino como unión entre personas. De este modo, como es obvio, se destruye la idea de fondo, y la sociedad, desde sus raíces, se transforma en algo totalmente diverso. La conciencia de que la sexualidad, el eros y el matrimonio como unión entre hombre y mujer van juntos ―"los dos serán una sola carne" dice el Génesis―, se debilita cada vez más; todo tipo de unión parece totalmente normal. Todo ello se presenta como una especie de moralidad de la no-discriminación y como un modo de libertad que se debe al hombre. Así, como es obvio, la indisolubilidad del matrimonio se convierte en una idea casi utópica, que precisamente también desmienten en la práctica muchas personas de la vida pública. De este modo también la familia se desintegra progresivamente. Desde luego, para el problema de la disminución impresionante del índice de natalidad se dan múltiples explicaciones, pero con toda seguridad también desempeña un papel decisivo el hecho de que se quiere tener la vida para sí mismos, de que se confía poco en el futuro y de que precisamente se considera que ya no es realizable la familia como comunidad duradera, en la que puede crecer la generación futura.” Discurso a los obispos de Suiza, 9 de noviembre de 2006
“De un modo especial deseo confiarles la atención pastoral de los matrimonios y las familias. Sé cuánto les preocupa la situación de la familia, amenazada en su estabilidad por el divorcio y sus consecuencias, la práctica del aborto o las dificultades económicas, así como por las separaciones familiares a causa de la emigración u otros motivos. Les animo a redoblar sus esfuerzos para que todos, y especialmente los jóvenes, comprendan mejor y se sientan cada vez más atraídos por la belleza de los auténticos valores del matrimonio y de la familia. Asimismo, es necesario alentar y ofrecer los medios pertinentes para que las familias puedan ejercer su responsabilidad y su derecho fundamental a la educación religiosa y moral de sus hijos.” Discurso a los obispos de Cuba en su visita ad limina, 2 de mayo de 2008
f. Machismo
“En México, donde se manifiesta tantas veces el “genio” de la mujer, que asegura una fina sensibilidad por el ser humano (cf. Mulieris dignitatem, 30) en la familia, en las comunidades eclesiales, en la asistencia social y en otros campos de la vida ciudadana, se da a veces la paradoja de una exaltación teórica y una depreciación práctica o discriminatoria de la misma. Por eso, tomando ejemplo de la delicadeza y respeto que Jesús mostró hacia ellas, sigue siendo un desafío de nuestro tiempo cambiar de mentalidad, para que sean tratadas con plena dignidad en todos los ambientes y se proteja también su insustituible misión de ser madres y primeras educadoras de los hijos.” Discurso a los obispos de México en la visita ad-limina, 29 de septiembre de 2005
“En algunas familias de América Latina persiste aún por desgracia una mentalidad machista, ignorando la novedad del cristianismo que reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre.” Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007
g. Trabajo y familia
“Y ¿qué decir de los problemas que atañen al trabajo en relación con la familia y los jóvenes? Cuando la precariedad del trabajo no permite a los jóvenes construir una familia, el desarrollo auténtico y completo de la sociedad queda seriamente perjudicado.” Mensaje en la 45 Semana Social de Católicos Italianos, 12 de junio de 2007
13. Propuestas para fortalecer el matrimonio y la familia
“Por eso, ya desde hace mucho tiempo, los obispos italianos habéis unido vuestra voz a la de Juan Pablo II, ante todo para defender el carácter sagrado de la vida humana y el valor de la institución matrimonial, pero también para promover el papel de la familia en la Iglesia y en la sociedad, solicitando medidas económicas y legislativas que sostengan a las jóvenes familias en la generación y educación de los hijos.” Discurso a la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, 30 de mayo de 2005
“Por tradición, los neozelandeses han reconocido y celebrado el lugar del matrimonio y la vida doméstica estable en el corazón de su sociedad, y ciertamente siguen esperando que las fuerzas sociales y políticas apoyen a las familias y protejan la dignidad de las mujeres, especialmente de las más vulnerables. Consideran que las deformaciones seculares del matrimonio no pueden ensombrecer jamás el esplendor de una alianza sellada para siempre y basada en la entrega generosa y en el amor incondicional. La recta razón les dice que "el futuro de la humanidad se fragua en la familia" (Familiaris consortio, 86), que ofrece a la sociedad un fundamento seguro para sus aspiraciones.” Discurso al obispo de Nueva Zelanda ante la Santa Sede, G. Ward, 16 de junio de 2005
“Es indispensable también promover políticas familiares auténticas que respondan a los derechos de la familia como sujeto social imprescindible. Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007
“Pero no podemos ignorar que diversos problemas siguen atenazando a la sociedad actual, impidiendo a numerosos jóvenes cumplir su deseo de casarse y formar una familia, a causa de las condiciones desfavorables en las que viven. La falta de trabajo seguro, legislaciones a menudo deficientes en materia de tutela de la maternidad, y la imposibilidad de garantizar a los hijos un sustentamiento adecuado, son algunos de los impedimentos que parecen sofocar la exigencia del amor fecundo, mientras abren las puertas a un sentido cada vez mayor de desconfianza en el futuro.” Discurso a un grupo de representantes del movimiento por la vida en Italia, 12 de mayo de 2008
a. Necesidad de promover un anuncio positivo de la Iglesia
“Lo primero es saber qué es lo que queremos decir, ¿no es así? Y el cristianismo, el catolicismo no es un cúmulo de prohibiciones, sino una opción positiva. Y es muy importante que esto se vea nuevamente, ya que hoy esta conciencia ha desaparecido casi completamente. Se ha hablado mucho de lo que no está permitido, y ahora hay que decir: Pero nosotros tenemos una idea positiva que proponer: el hombre y la mujer están hechos el uno para el otro; existe una escala, por decirlo de algún modo: sexualidad, eros, agapé, que son las dimensiones del amor; así se forma en primer lugar el matrimonio como encuentro, lleno de felicidad, entre un hombre y una mujer y después la familia, que garantiza la continuidad entre las generaciones; en ella se reconcilian las generaciones entre sí y también las culturas se pueden encontrar. Por tanto, sobre todo es importante poner de relieve lo que queremos.” Entrevista concedida en la Radio Vaticana previamente al viaje a Baviera, 5 de agosto de 2006
“Esas tendencias perjudiciales ponen de relieve la particular urgencia del apostolado de "caridad intelectual" que sostiene la unidad esencial de conocimiento, guía a los jóvenes a la sublime satisfacción de ejercer su libertad en relación con la verdad, y articula la conexión entre la fe y todos los aspectos de la familia y de la vida civil.” Discurso a los obispos de Canadá en su visita ad limina, 8 de septiembre de 2006
b. Necesidad de promover valores fundamentales, la técnica no alcanza
“Además, es bien conocido que la situación social no mejora aplicando exclusivamente medidas técnicas, sino que ha de ponerse atención sobre todo a la promoción de los valores, respetando la dimensión ética propia de la persona, de la familia y de la vida social. De este modo será más fácil asegurar un desarrollo integral para todos los miembros de la comunidad nacional, basado en el respeto de sus derechos y libertades fundamentales, como es propio de un Estado de derecho” Discurso al embajador de la República Bolivariana de Venezuela, G. Rincón U., 25 de agosto de 2005
c. La madre
La familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación de los hijos. Las madres que quieren dedicarse plenamente a la educación de sus hijos y al servicio de la familia han de gozar de las condiciones necesarias para poderlo hacer, y para ello tienen derecho a contar con el apoyo del Estado. En efecto, el papel de la madre es fundamental para el futuro de la sociedad. Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007
d. El padre
El padre, por su parte, tiene el deber de ser verdaderamente padre, que ejerce su indispensable responsabilidad y colaboración en la educación de sus hijos. Discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, Aparecida, 13 de mayo de 2007
e. Los abuelos
“Ante la crisis de la familia, ¿no se podría recomenzar precisamente de la presencia y del testimonio de los abuelos, que tienen una solidez mayor en valores y en proyectos? (...) Ojalá que los abuelos vuelvan a ser una presencia viva en la familia, en la Iglesia y en la sociedad. Por lo que respecta a la familia, los abuelos deben seguir siendo testigos de unidad, de valores basados en la fidelidad a un único amor que suscita la fe y la alegría de vivir.” Discurso en un Congreso organizado por el Inst. “Juan Pablo II” para estudios sobre matrimonio y familia, 11 de abril de 2008
“En estos testimonios bíblicos la familia comprende no sólo a padres e hijos, sino también a los abuelos y antepasados. La familia se nos muestra así como una comunidad de generaciones y garante de un patrimonio de tradiciones.” Homilía en el V. Encuentro de las Familias, Valencia, 9 de julio de 2008

f. Trabajo y familia
Ver enunciación general de problemas en esta misma sección. Además:
“Y ¿qué decir de los problemas que atañen al trabajo en relación con la familia y los jóvenes? Cuando la precariedad del trabajo no permite a los jóvenes construir una familia, el desarrollo auténtico y completo de la sociedad queda seriamente perjudicado.” Mensaje en la 45 Semana Social de Católicos Italianos, 12 de junio de 2007
g. Medios de comunicación y familia
“Los programas que inculcan violencia y comportamientos antisociales o vulgarizan la sexualidad humana son inaceptables, mucho más si se proponen a los menores. Por tanto, renuevo mi llamamiento a los responsables de la industria de los medios de comunicación y a los agentes de la comunicación social, para que salvaguarden el bien común, respeten la verdad y protejan la dignidad de la persona y de la familia.” Regina Caeli, 20 de mayo de 2007
h. Niños pornografía, violencia y medios de comunicación
“Los niños tienen derecho a crecer con una sana comprensión de la sexualidad y de su justo papel en las relaciones humanas. A ellos se les debería evitar las manifestaciones degradantes y la vulgar manipulación de la sexualidad hoy tan preponderante. Ellos tienen derecho a ser educados en los auténticos valores morales basados en la dignidad de la persona humana. Esto nos lleva a considerar la centralidad de la familia y la necesidad de promover el Evangelio de la vida. ¿Qué significa hablar de la protección de los niños cuando en tantas casas se puede ver hoy la pornografía y la violencia a través de los medios de comunicación ampliamente disponibles?” Discurso a los obispos de los Estados Unidos. Celebración de las Vísperas, Santuario de la Inmaculada Concepción, Washington, 16 de abril de 2008
i. No basta tener el reconocimiento en la legislación
“Asimismo, un ámbito de singular atención pastoral es el matrimonio y la familia, cuya solidez y estabilidad tanto beneficia a la Iglesia y a la sociedad. A este respecto, es justo reconocer el paso importante que se ha dado al incluirse en la Constitución de vuestro país un reconocimiento explícito del matrimonio, aunque bien sabéis que no basta poseer una buena legislación si después no se realiza esa necesaria labor cultural y de catequesis que haga resplandecer en la sociedad la verdad y la belleza del matrimonio, verdadera alianza perpetua de vida y amor entre un hombre y una mujer.” Discurso al embajador de Honduras ante la Santa Sede, 26 de junio de 2008

Indice de voces
Celam, 8, 23, 24, 27, 28, 29
CELAM, 6
Chile, 12
Colombia, 6
Costa Rica, 17, 20
derecho, 1, 2, 6, 8, 9, 12, 16, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 26, 27, 28, 29, 30
divorcio, 2, 7, 10, 11, 17, 24, 25, 26
embajador, 21, 23, 28, 30
Embajador, 6, 7, 21, 22, 24, 25
estabilidad, 2, 7, 8, 9, 13, 22, 23, 24, 25, 26, 30
Guatemala, 6
hijo, 2, 6, 7, 8, 9, 12, 14, 16, 17, 21, 22, 23, 25, 27, 28, 29
Honduras, 30
indisolubilidad, 10, 17, 19, 26
insustituible, 6, 10, 13, 14, 15, 17, 22, 27, 28
matrimonio, 6, 7, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30
México, 9, 24, 27, 30
natural, 1, 2, 6, 10, 12, 13, 14, 15, 16, 19, 20, 21, 22, 23, 25
Nicaragua, 17
niño, 3, 6, 15, 16, 30
paz, 15, 16, 17, 20, 22
sociedad, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14
union, 2, 9, 10, 11, 13, 24, 25
Uruguay, 7, 21, 22, 23
Venezuela, 28
violencia, 15, 17, 29, 30

[1] Abogada (Universidad Nacional de Buenos Aires), Investigadora, becaria y docente (Pontificia Universidad Católica Argentina), Miembro del Inst. de Bioética de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas (Argentina) Los textos fueron consultados entre los días 11 y 12 de julio de 2008.
[2] Los textos fueron consultados entre los días 11 y 12 de julio de 2008.
[3] En este caso, de proporcionalidad metafórica.
[4] Son cientos de citas que corresponden específicamente a la familia en sentido propio. Se amplían aún más si sumamos las citas en las que se menciona el matrimonio.
[5] Por ejemplo: el Papa jamás sostiene que el vocablo familia sólo puede predicarse de la matrimonial. En realidad en todos los usos de la palabra familia como pequeña comunidad son en referencia a la familia fundada en el matrimonio. Nunca aplica el vocablo familia a otra unión que no sea la matrimonial. Y más aún, para referirse a esas uniones utiliza otros vocablos, en la misma frase, contradistinguiendo de la familia fundada en el matrimonio. De esta forma, explícitamente, el vocablo familia en el lenguaje de Su Santidad sólo se predica de la familia matrimonial, y las demás uniones son designadas con otros nombres. El lenguaje pastoral, no necesita pronunciar un juicio de exclusión respecto de las uniones extramatrimoniales. En cambio, el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, que tiene otra finalidad, se pronuncia expresamente al respecto en el número 229 en el sentido de que la única forma auténtica familia es la fundada en el matrimonio monogámico indisoluble: “Si una legislación puede en ocasiones tolerar comportamientos moralmente inaceptables no debe jamás debilitar el reconocimiento del matrimonio monogámico indisoluble, como única forma auténtica de la familia.”
[6] Ver cita
[7] Las mismas citas, en el italiano presumiblemente original, utilizan el giro “struttura”. El Sabattini Coletti, define “struttura” de la siguiente forma: “1 Complesso degli elementi costitutivi di un organismo, di una costruzione o di un sistema considerati nei loro rapporti, nella reciproca interdipendenza: s. del sistema solare, di una cellula. 2 Insieme degli elementi portanti che costituiscono l'ossatura o l'intelaiatura di qlco.: s. di un edificio s. portanti, nella tecnica delle costruzioni, gli elementi che hanno una funzione di sostegno. 3 estens. Area, edificio, impianto attrezzati per lo svolgimento di una particolare attività: s. scolastica, ospedaliera, carceraria. 4 econ. Insieme dei rapporti di base di un sistema economico”.
[8] En todo caso, la propuesta de la palabra “estructura” es significativa, toda vez que parece implica una novedad lingüística atribuible a Benedicto XVI. La palabra “estructura” nunca había sido aplicada a la familia ni por Juan Pablo II,; el término no fue siquiera usado por el breve papado de Juan Pablo I, ni fue aplicado a la familia por Pablo IV, Juan XXXIII o Pio XII, por referirnos a los últimos pontíficados. Por otra parte, el término estructura, refiere a diversas corrientes filosóficas. Piénsese el relieve del estructuralismo husserliano respecto de la primacía del todo sobre la parte, la referencia a la compenetración de los miembros entre sí y respecto del todo, etc. También debemos mencionar la reminiscencia del estructuralismo (v. gr. Talcott Parsons)

[9] En la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él sólo y se bastara a sí mismo, al margen de su relación con los demás y ajeno a su responsabilidad ante ellos. Se intenta organizar la vida social sólo a partir de deseos subjetivos y mudables, sin referencia alguna a una verdad objetiva previa como son la dignidad de cada ser humano y sus deberes y derechos inalienables a cuyo servicio debe ponerse todo grupo social. Homilía en el V. Encuentro de las Familias, Valencia, 9 de julio de 2008